JESUS QUE TE MIRE MUCHAS VECES PARA DARME CUENTA DE LO QUE ME AMAS

JESUS QUE TE MIRE MUCHAS VECES PARA DARME CUENTA DE LO QUE ME AMAS
PULSAR Y RECITAR LAS ORACIONES Y LAS PROMESAS DE JESÚS

miércoles, 13 de agosto de 2008

EL PODEROSO HA HECHO OBRAS GRANDES POR MÍ: SU NOMBRE ES SANTO


PRECES

Invoquemos a Dios, que envió a su Hijo como salvador y modelo supremo de su pueblo, diciendo:

Que tu pueblo, Señor, te alabe.

Te damos gracias, Señor, porque nos has escogido como primicias para la salvación;
haz que sepamos corresponder y así logremos la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Haz que todos los que confiesan tu santo nombre sean concordes en la verdad
y vivan unidos por la caridad.

Creador del universo, cuyo Hijo, al venir a este mundo, quiso trabajar con sus propias manos:
acuérdate de los trabajadores que ganan el pan con el sudor de su rostro.

Acuérdate también de todos los que viven entregados al servicio de los demás;
que no se dejen vencer por el desaliento ante la incomprensión de los hombres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Ten piedad de nuestros hermanos difuntos
y líbralos del poder del Maligno.

Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Llegue a tus oídos, Señor, la voz suplicante de tu Iglesia a fin de que, conseguido el perdón de nuestros pecados, con tu ayuda podamos dedicarnos a tu servicio y vivamos confiados en tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

martes, 12 de agosto de 2008

Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA



Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.


El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.



Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.


Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.



En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.



Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.


Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

LECTURA BREVE 1Pe 5,8-9

Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe.

viernes, 8 de agosto de 2008

VIVA JESÚS SACRAMENTADO VIVA Y PORTODO SEA AMADO

lunes, 4 de agosto de 2008

SAN JUAN MARÍA VIANNEY



Novena en honor
de San Juan María Vianney
(Santo Cura de Ars)
*

DÍA PRIMERO
Fe ardiente.
San Juan María Bautista Vianney tu naciste de una madre profundamente religiosa; de ella recibiste la santa Fe, aprendiendo a amar a Dios y a rezar. Ya a temprana edad se te pudo ver arrodillado delante de una estatua de María. Tu alma fue arrebatada de forma sobrenatural hacia las cosas más elevadas. A pesar del alto coste respondiste a tu vocación.
Contra muchos obstáculos y contradicciones tuviste que lu-char y sufrir para llegar a ser el perfecto cura que fuiste. Pe-ro tu espíritu de profunda fe te sostuvo en todas estas bata-llas. Oh gran santo, tu conoces el deseo de mi alma. Quisiera servir a Dios mejor. De El he recibido muchas buenas cosas. Por esto, obtén para mi más valor y especialmente una pro-funda fe.
Muchos de mis pensamientos, palabras y acciones son inúti-les para mi santificación y mi salvación porque ese espíritu sobrenatural no impulsa mi vida. Ayúdame a ser mejor en el futuro.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencio-ne aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenues-tro, Avemaría y Gloria.

DÍA SEGUNDO
Completa confianza en Dios.
San Juan María Bautista Vianney, ¡cuanta confianza tenía la gente en tus oraciones! No podías abandonar tu vieja rectoría o tu humilde iglesia sin verte rodeado por almas implorantes, que recurrían a ti al igual que hicieron al mismo Jesús durante su vida terrenal. Y tu, oh buen santo, les dabas esperanza con tus palabras que estaban llenas de amor para Dios.
Tu, que siempre confiabas enteramente en el corazón de Dios, obtén para mi una confianza filial y profunda en su Providencia. Así como la esperanza de bienes divinos llena mi corazón, dame valor y ayúdame a obedecer siempre los mandamientos de Dios.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencio-ne aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenues-tro, Avemaría y Gloria.

DÍA TERCERO
Amor verdadero al prójimo. San Juan María Bautista Vianney, por causa de tu amor a Dios mostraste una gran caridad hacia tu prójimo. No podías predicar el amor de Dios sin derramar lágrimas de amor. Durante tus últimos años parecía como si no pudieras hablar acerca de otra cosa o vivir para cualquier otra cosa. Así te sacrificaste a ti mismo por tu prójimo mediante el consuelo, la absolución y santificándoles hasta el límite de tus fuerzas.
Tu caridad me inspira a un mayor amor a Dios, un amor que se muestra más por los hechos que por las palabras. Ayúdame a amar a mi prójimo con igual generosidad a como Cristo los ama.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencione aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

DÍA CUARTO
Horror al pecado. San Juan María Bautista Vianney, tu fuiste tan inflexible contra el pecado, y sin embargo, tan amable y dispuesto a acoger al pecador. Acudo a ti hoy co-mo si aún estuvieras vivo, como si estuviera arrodillado ante tus pies y pudieras oírme. Inclínate hacia mí, escucha al con-fidente arrepentido por las debilidades y acciones misera-bles.
Cura del Señor, infatigable confesor, obtén para mi el horror al pecado. Tu quisiste sobre todo que evitáramos la ocasión de pecar. Quiero tomar tu consejo y hacer la resolución de romper con los malos hábitos y evitar las ocasiones peligro-sas de pecar. Ayúdame hoy a examinar mi conciencia.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencio-ne aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenues-tro, Avemaría y Gloria.

DÍA QUINTO
Confesor de almas.
Oh Santo Cura de Ars, tu sabías cuan importante era una buena confesión para la vida cristiana. Para procurar felices frutos a millones de almas era por lo que tu aceptabas estar en un incómodo confesionario, que era como una prisión, hasta 15 y 16 horas en ciertos días.
Voy a intentar a desarrollar el hábito de la confesión fre-cuente, a prepararme adecuadamente cada vez y a tener siempre arrepentimiento de mis pecados, para que así la gra-cia de la final perseverancia y también la santificación de mi alma sean aseguradas. Pide por mi este gracia.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencio-ne aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenues-tro, Avemaría y Gloria.

DÍA SEXTO
Presencia real. Oh Santo Cura de Ars, cuyo único consuelo en este mundo era la presencia real de Jesús en el tabernácu-lo, ¿acaso no era tu gran felicidad distribuir la comunión a los peregrinos que te visitaban?. Tu negabas la comunión a las almas que se negaban a reformarse, pero a las almas de buena voluntad les abrías de par en par las puertas de la fies-ta de la eucaristía.
Tu, que cada día en la Santa Misa recibías la Santa Comu-nión con gran amor, dame algo de tu fervor. Libre de pecado mortal, obtén para mi un sincero deseo de beneficiarme al recibir la Santa Comunión.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencio-ne aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenues-tro, Avemaría y Gloria.

DÍA SÉPTIMO
Ahuyentador del demonio. Oh Santo Cura de Ars, los in-fames ataques del demonio que tuviste que sufrir y las prue-bas que te desalentaban hasta la fatiga no te hicieron aban-donar la sublime tarea de convertir las almas. Durante muchos años el demonio vino a interrumpir tu corto descan-so pero tu ganaste gracias a la mortificación y las oraciones.
Poderoso protector, tu conoces bien el deseo del tentador por dañar mi alma bautizada y creyente. El quisiera verme pecar rechazando los Santos Sacramentos y la vida de vir-tud. Buen santo de Ars ahuyenta de mi toda traza del enemi-go.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencio-ne aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenues-tro, Avemaría y Gloria.

DÍA OCTAVO
Pureza exquisita. Oh Santo Cura de Ars, de ti un testigo de tu vida dijo esta frase: "Le hubiéramos tomado por un ángel en un cuerpo mortal".
Tu edificaste a tantos otros: la modestia y la exquisita pure-za radiaban de tu cuerpo. Con ese encanto y con ese entu-siasmo predicaste a otros acerca de esas bellas virtudes que tu decías se asemejaban al perfume de un viñedo en flor.
Por favor yo te imploro que unas tus súplicas a las de María Inmaculada y Santa Filomena para que siempre guarde, tal y como Dios me pide, la pureza de mi corazón. Tu, que has di-rigido a tantas almas hacia las alturas de la virtud, defién-deme en las tentaciones y obtén para mí la fortaleza para conquistarlas.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencio-ne aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenues-tro, Avemaría y Gloria.

DÍA NOVENO
Deseo de cielo.
Oh Santo Cura de Ars, tus restos preciosos están guardados en un magnífico relicario, donación de los sacerdotes de Francia. Pero esta gloria terrena es sólo una pálida imagen de la gloria indescriptible que estas disfrutan-do con Dios. Durante el tiempo que permaneciste en la tierra solías repetir en tus horas de abatimiento: "ya descansaré en la otra vida". Ahora ya esta hecho: ya estás en la paz y feli-cidad eternas.
Deseo seguirte algún día. Pero hasta entonces te oigo di-ciéndome: "debes trabajar y luchar mientras estés en el mundo". Enséñame entonces a trabajar por la salvación de mi alma, a difundir la buena nueva, el buen ejemplo y a hacer el bien a los que me rodean y así poder recibir la feli-cidad de los elegidos contigo.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por… (mencio-ne aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenues-tro, Avemaría y Gloria.

¡Oh San Juan Vianney, patrón de los Sacerdotes, ruega por nosotros y por todos los Sacerdotes!
* * *