JESUS QUE TE MIRE MUCHAS VECES PARA DARME CUENTA DE LO QUE ME AMAS

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PULSAR Y RECITAR LAS ORACIONES Y LAS PROMESAS DE JESÚS

lunes, 3 de diciembre de 2012

ORACIÓN DE PETICIÓN CON MUCHA URGENCIA






Pido de corazón, por todos los que necesiten urgente oración de cualquier necesidad.
Siempre respetando la voluntad de Dios.


¡¡SEÑOR AYÚDAME!!
SEÑOR, TEN COMPASIÓN DE MÍ, EN ESTA SITUACIÓN DESESPERADA, TU ERES LA ÚNICA PERSONA QUE PUEDES AYUDARME. ME PONGO EN TU PRESENCIA SABIENDO QUE NO SOY NADA, SOLO UN MISERABLE PECADOR, TE PIDO PERDÓN POR TANTAS VECES COMO TE HE OFENDIDO, DIOS MÍO, TE NECESITO, CONFÍO PLENAMENTE EN TU FAVOR, DE QUÉ, ME VAS AYUDAR EN MI SITUACIÓN, DE LO QUE  TU BIEN SABES, TE LO PIDO POR TU DESAMPARO EN TU AGONÍA, POR LA OBEDIENCIA QUE LE PROFESASTE A TU PADRE, POR LA SALVACIÓN QUE NOS HAS GANADO CON TU PASIÓN Y MUERTE DE CRUZ, DIOS MÍO SOY MISERABLE Y DÉBIL PERO CONFÍO EN QUE ME VAS A ATENDER EN MI PROBLEMA DE SALUD, AMADO REDENTOR, TU ERES EL ÚNICO SALVADOR DE NUESTRA VIDA, ETERNO SACERDOTE, GLORIOSO HIJO DEL PADRE, Y HERMANO MÍO NO ME DESAMPARES, GENEROSO Y BUEN PASTOR, PIDO AL PADRE OMNIPOTENTE, POR MEDIO DE TU PODEROSA INTERCESIÓN,  SU HIJO AMADO, VENGO COMO HIJO PRÓDIGO NO ME APARTES DE TU LADO, PADRE MÍO PERDÓN Y MISERICORDIA.

jueves, 18 de octubre de 2012

CREDO APOSTÓLICO





SEGUNDA SECCIÓN:
LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA
CAPÍTULO TERCERO
CREO EN EL ESPÍRITU SANTO
ARTÍCULO 11
"CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE"

domingo, 23 de septiembre de 2012

VENGAN A MÍ TODOS LOS QUE SE SIENTEN INDIGNOS. YO LES ESTOY ESPERANDO.



Vengan a Mí todos los que se sienten indignos. Yo les estoy esperando.

Jueves, 21 de junio del 2012, a las 12:05 hrs.

Mu muy querida y amada hija, Mis seguidores deben entender que como cualquier buen padre, Yo siempre quiero lo que es mejor para ellos.

Nunca les daré todo lo que piden, a menos que esto esté de acuerdo con Mi Santa Voluntad.

Yo nunca les dejaré alejarse del camino de la verdad, sin coaccionarlos a regresar a Mí.

Trataré siempre de protegerlos de todo daño.

Yo también les castigaré por cualquier mal proceder.

Yo podría estar y puedo estar enojado cuando ellos hacen mal a otros.

También les perdonaría cuando proceden mal, si están verdaderamente arrepentidos por el error en sus caminos.

Yo soy paciente. No soy fácilmente impresionado y no puedo, ni podría, guardar rencor. 

Este es, el por qué aquellos que han divagado en la pérdida y que se sienten vacíos por dentro, Me piden que los sostenga, les ame y les traiga el Divino Amor que les dará la verdadera paz.

¡Tantas personas están perdidas y Me han olvidado!

Muchos, por las vidas de pecado que han llevado, están renuentes a volverse a Mí. Ellos se sienten incómodos, no saben cómo rezar y creen, equivocadamente, que es muy tarde para ellos. Cuán equivocados están. No deben olvidar que Yo ofrecí Mi vida en la Tierra por cada uno de ustedes.

Yo no Me doy por vencido de las almas tan fácilmente. Amo a todos aquellos, que, a través de sus acciones, obras y pensamientos, rompen las leyes de Mi Padre.

Ustedes son preciosos para Mí. Les amo así como amo a todos los hijos de Dios.

Nunca crean que ustedes son menos amados por el pecado. El pecado, al mismo tiempo aborrecible para Mí, es la mancha con la cual ustedes nacieron.

Es casi imposible para cualquier alma en la Tierra no pecar.

Nunca sientan que Yo nunca les podría ayudar o darles la bienvenida entre Mis brazos.

Ustedes se pondrán en pie, en fila, para entrar a Mi Nuevo Paraíso en la Tierra, el cual durará 1.000 años, cuando ustedes se vuelvan a Mí. Todo lo que Yo pido es que hablen conmigo con estas palabras:

Cruzada de Oración (62): Pecadores perdidos y desamparados

Oh Jesús, ayúdame porque soy un pecador, desamparado y en tinieblas.
Yo soy débil y falto de valor para buscarte.
Dame la fortaleza para llamarte ahora,
para que así pueda desprenderme de las tinieblas dentro de mi alma.
Tráeme dentro de Tu Luz, querido Jesús, perdóname,
ayúdame a ser nuevo otra vez y llévame a Tu Amor, paz y Vida Eterna.
Yo confío en Ti completamente y Te pido, que me tomes en mente, cuerpo y alma
mientras yo me rindo a Tu Divina Misericordia. Amén.


Vengan a Mí todos ustedes los que se sienten indignos. Yo les estoy esperando. Todo lo que se necesita es sostener su mano y buscarme.
Yo escucho. Yo veo. Yo lloro. Yo les amo.

Yo nunca Me rendiré hasta que ustedes estén en Mis brazos y Mi Divina Misericordia inunde sus almas.

Pronto, ustedes finalmente verán la Verdad de Mi Gran Misericordia.

Sus dudas se desvanecerán como una cubierta exterior, para revelar su alma, la cuál será llenada con la Luz y ustedes vendrán corriendo hacia Mí.

Yo espero ese día con gran esperanza y alegría.

Solo, cuando toda pobre alma perdida sepa que solo Yo, Jesucristo; puedo salvarles, Mi Corazón será sanado.

Recuerden que Yo puedo condenar el pecado, pero que amo a todo pecador, no importa qué haya hecho.

Nunca estén temerosos de venir a Mí, de hablarme, porque Yo les amo muchísimo para rechazarlos, cuando muestran verdadero remordimiento.

Su amado Jesús

sábado, 21 de julio de 2012

EL HOMBRE QUE NO HABÍA REZADO NUNCA



El célebre novelista argentino Hugo Wast envió este escrito a una revista literaria mexicana -Ábside- en 1957. Hasta donde hemos podido investigar, parece ser que no aparece en alguna de sus obras y sólo se publicó en esa revista, por lo que creemos que es prácticamente inédito hoy en día. CATOLICIDAD lo rescata y lo presenta a sus lectores, que seguramente valorarán su contenido literario y teológico.


Iba a morir: En la sonrisa artificial de todos, que trataban de engañarlo anunciándole una próxima mejoría, veía que iba a morir.

No tenía fe, ni caridad, ni esperanza.

No había rezado nunca y se jactaba de ello, como de una hazaña. Era viejo; no tenía apego a la vida, ni temor a la muerte.

Dentro de una hora, de dos, a lo sumo tres, habría dejado de vivir.

Pidió que se alejaran para dormir un reto y cerró los ojos. Quería espiar los mínimos detalles de su propio morir: una inmensa curiosidad; algo pueril, increíble.
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La curiosidad del incrédulo que ha querido construirse su propio Dios, para adorar su propia obra, que es como adorarse a sí mismo, y quiere, al final, ver como se porta ese Dios.

Su enfermedad era una anemia sin dolores, que le dejaba libre el espíritu para espiar la llegada de la muerte. Quería estar despierto, porque si se dormía, no se despertaría nunca más.

Ya no tenía fe ni en sí mismo, su único Dios.

A ratos, relampagueaba en su cerebro una duda fastidiosa: si más allá de la negra cortina que pronto iba a descorrerse, pudiera haber algo distinto de lo que había pensado. Para asistir al último minuto de su vida y el primero de su muerte, con lúcido entendimiento, habíase negado a tomar cualquier droga que pudiera enturbiárselo.

Su curiosidad empezaba a inquietarlo. ¿Con qué se encontraría cuando el brazo descarnado de la muerte descorriera la negra cortina? ¿Vería lo que nunca quiso ver? ¿Un Dios tal vez? ¿Pero no un dios hecho por sus manos, sino ese Dios eterno, omnipotente, al cual no había rezado nunca?

Tantas veces afirmó ante los hombres que Dios no hacía falta para comprender ninguna de las cosas del universo, que acabó por creerlo; y si la existencia de Dios hubiera dependido de él, es decir si hubiera estado en su mano borrar del universo a ese Dios innecesario, lo hubiera borrado tranquilamente.

De pronto pensó que morir no era pasar al otro lado de una cortina negra. Puesto que no tenía fuerza ni siquiera para cambiar de postura en su propia cama, morir sería caer a plomo en un abismo oscuro y hundirse sin ruido en una agua cenagosa, pestífera, que se cerraría sobre su cabeza.

Fuera lo uno o lo otro, más allá de esa cortina o en la profundidad de esa ciénega hedionda, ¿no se hallaría de repente con esa Luz que él habría apagado en el mundo, Luz que le alumbraría cosas que ya no podrían cambiarse, porque habría concluído el tiempo para ello?

Un sudor helado bañó sus miembros y la lengua se le pegó al paladar.

Intentó gritar y pedir que le trajeran a alguien con quien hablar secretamente en esos últimos minutos, en que todavía podía cambiar su eternidad.

Pero de su garganta no salió más que un estertor.

-Aún está vivo-, oyó que alguien decía, tanteándole el pulso.

Sí, estaba vivo y quería que le entendieran que necesitaba lo que había rechazado siempre, unas veces con burla y desprecio y otras con tal odio y furia que ahora nadie se lo propondría. Y su lengua estaba muerta ya.

Se acordó que pertenecía a una sociedad de incrédulos que se habían comprometido a no pedir en la hora de la muerte auxilios religiosos y a no atender el pedido que alguno de ellos hiciese en aquel trance, porque sería signo de reblandecimiento cerebral. Se retractaban por anticipado de esa posible debilidad, cuando estaban en pleno dominio de su inteligencia y de su voluntad.

Él se encontraba prisionero de aquel juramento y rodeado de amigos que no lo escucharían, aunque gritase toda la noche.

Había renegado de la Luz y la Luz se había retirado de él. Había pecado contra el Espíritu.

Con sus propias manos había construido su dios, un dios en que ya no creía. Y ya tampoco sentía curiosidad sino pavor de lo que iba encontrar más allá. ¡Oh, si fuera cierto que más allá no existía nada! He aquí que él, predicador de la Nada, ahora creía que había mentido a los otros y se había mentido a sí mismo.

Oyó al médico que en voz bajísima dijo: -¡Ya se murió!

Y esa sentencia prematura heló de tal modo su corazón sin caridad, que no pudo engendrar un solo pensamiento cristiano. El tiempo se acabó. Dio un grito espantoso, que no llegó a salir de su garganta, y cayó a plomo en el agua negra y pestilente.

La oscuridad era tan inmensa, que a su lado las más lóbregas tinieblas del mundo parecerían luminosas.

En ese momento sintióse la voz de un ángel que cantaba el Nombre que está sobre todo nombre, el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Y sucedió lo que dice San Pablo, que al oírse el nombre de Jesús toda rodilla se dobla en los cielos, en la tierra y en los infiernos.

Y se abrió la puerta de bronce que ningún fuego funde, y el hombre que no había rezado nunca por no arrodillarse ante nadie, entró de rodillas en los infiernos.

¡Oh, prodigio! La oscuridad era allí mucho más densa, pero los ojos del condenado la traspasaban como flechas rojas; y vieron que también allí había penetrado la voz del ángel, y aquel mundo de impenitencia lo escuchaba de rodillas. Y más allá, mucho más allá, divisó al que por toda la eternidad iba a ser su rey y señor, rodeado de una multitud de sombras pálidas, tristísimas, arrodilladas. Y comprendió que el diablo formaba su escolta predilecta con los que nunca habían rezado y que sólo en los infiernos se arrodillaban.

Y comprendió también una cosa terrible, de la que él mismo daba fe: que ni uno sólo de ellos había sido un verdadero ateo. Todos, en el secreto de su obstinación, habían creído en Dios, pero no lo habían confesado para no humillarse ante Él, ni en la oscuridad de un aposento. Ahora, al doblarse sus rodillas con espantoso crujido de huesos, sentían el peor de los tormentos del infierno (*); pero su obstinación era tan grande, que si hubieran podido escapar por algún resquicio de las indestructibles puertas, ninguno de ellos se habría arrepentido, por no rezar al que nunca habían rezado.

Sus almas estaban irremediablemente secas para el Amor que se engendra en la humilde oración.

Fue tan horrorosa su desesperación que dio un alarido y oyó decir a su médico: -¡Me he equivocado! ¡Todavía vive! Pero pronto acabará.

Entendió que había soñado aquellos horrores y se arrepintió de su insensatez. Y con esfuerzo desesperado logró articular estas palabras: -¡Tráiganme un sacerdote!

Le obedeció una pobre sirvienta que no estaba juramentada con los incrédulos. Trájole el sacerdote, cuya mano consagrada rompió la coraza de barro que envolvía su corazón; sus pecados se desprendieron de su alma, como escamas, y por primera vez rezó.

Murió una hora después y entró en el cielo de rodillas, llorando de júbilo. Y pudo ver la faz de Dios.

Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).
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(*) La privación de Dios.

Tema relacionado: LA VIDA DEL SEÑOR "X"
Otro escrito de Hugo Wast: LA FIGURA DEL SACERDOTE

EL PECADO MORTAL, SUS CONSECUENCIAS Y REMEDIOS





Para salvarnos, debemos rechazar con valentía el pecado y remover los obstáculos que acumulan a nuestro paso los enemigos de nuestra alma; vivir en la gracia santificante, cumplir los divinos mandamientos y rezar cada día.


Después del pecado original, para conseguir la salvación eterna, tenemos que luchar enérgicamente contra el pecado – que es el enemigo número uno y, en cierto sentido, el único que tenemos enfrente. Tenemos que luchar también contra el mundo, demonio y carne, que no cesan de acumular obstáculos en nuestro camino como amigos y aliados del pecado. Si el mundo, es decir, los hombres que viven sin tener cuenta de la Ley de Dios, el demonio y la carne son tan peligrosos y temibles, es únicamente porque vienen del pecado y conducen a él.

Nunca nos pondremos suficientemente en guardia contra este mortal enemigo de nuestra alma, por que por un solo pecado mortal, podemos perdernos eternamente. Tener un pecado mortal es mil veces peor que tener el SIDA, cáncer y lepra juntos.


Examinemos un poco lo que es el pecado mortal, cual es su malicia, cuáles son los daños que nos hace, qué armas y remedios tenemos para luchar y triunfar de él.



¿Qué es el pecado mortal?


El pecado mortal es una trasgresión voluntaria de la Ley de Dios en materia grave. Es una rebeldía contra Dios.


Dios tiene su Ley. En su infinita sabiduría ha sabido resumirla en los diez mandamientos. La Iglesia, con Divina autoridad ha añadido algunos otros, con el fin de hacernos cumplir con mayor facilidad y perfección los divinos preceptos.


Cuando el hombre, dándose perfecta cuenta de que lo que va hacer está gravemente prohibido por la ley de Dios o de la Iglesia, quiere hacerlo a pesar de todo, comete un pecado mortal que pone completamente de espaldas a Dios y le vincula a las cosas creadas, en las que coloca su último fin renunciando a la salvación eterna1 1.



Para que un pecado sea mortal hay tres condiciones:


1) Advertencia perfecta por parte del entendimiento,
2) Consentimiento perfecto, o plena aceptación por parte de la voluntad.
3) Materia grave prohibida por Dios.


Los efectos inmediatos del pecado son:


1) Aversión a Dios del que se separa voluntariamente al despreciar sus mandamientos, y es lo que constituye lo formal o el alma del pecado;
2) Conversión a las cosas creadas mediante su goce ilícito, que constituye lo material o el cuerpo del pecado.
3) He aquí unos ejemplos de pecado mortal que conducen al infierno. San Pablo nos advierte: “Fornicación y cualquiera impureza o avaricia, ni siquiera se nombre entre vosotros, como conviene a santos, ni torpeza, ni vana palabra, ni bufonerías…Porque tened bien entendido que ningún fornicario, impuro avaro que es lo mismo que idólatra tiene parte en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con vanas palabras, pues por estas cosas descarga la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia. No os hagáis pues copartícipes de ellos” (Efesios 5, 3-7). Lo que dicen o hacen los pecadores no vale nada. NO debemos participar de sus locuras o aprobarlas.

Dios mismo nos advierte hablando de pecado graves: “NO os hagáis ilusiones. Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los maldicientes, in los que viven de rapiña, heredaran el reino de Dios”. (I Corintios. 6,9-11).


La malicia del pecado mortal


Ninguna inteligencia creada o creable podrá jamás darse cuenta perfecta del espantoso desorden que encierra el pecado mortal. Rechazar a Dios a sabiendas y escoger en su lugar a una vilísima criatura en la que se coloca la suprema felicidad y último fin envuelve un desorden tan monstruos e incomprensible, que sólo la locura y atolondramiento del pecador puede alguna manera explicarlo. El ejemplo de la pobre pastorcita de la que el rey se prendo y la desposó consigo, haciendo la reina, y que de pronto abandona el palacio real y se marcha en plan de adulterio con un miserable seductor, no ofrece sino un pálido reflejo de la increíble monstruosidad del pecado.

El mismo Dios, infinitamente bueno y misericordioso, que tiene entrañas de padre para todas su criatura s y que nos ha dicho en la sagrada Escritura (Ezequiel 33,11) , sabemos que por un soloque no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, sabemos que por un solo pecado mortal:

a) Convirtió a millones de ángeles en horribles demonios para toda la eternidad.
b) Arrojó a nuestros primeros padres del paraíso terrenal, condenándoles a ellos y a todos sus descendientes al dolor y ala muerte corporal y ala posibilidad de condenarse eternamente aun después de la redención realizada por Cristo.
c) Exigió la muerte en la cruz de su Hijo muy amado, en el cual tiene puestas todas sus complacencias para redimir al hombre culpable (San Mateo 17,5).
d) Mantendrá por toda la eternidad los terribles tormentos del infierno en castigo del pecador obstinado.
e) Todo esto son datos de fe católica: es hereje quien los niegue. ¿Qué otra cosa podrá darnos una idea de la espantosa gravedad del pecado mortal cometido de una manera perfectamente voluntaria y a sabiendas?

¿Corres hacia tu perdición eterna?


Los efectos del Pecado mortal
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No hay catástrofe ni calamidad pública o privada que pueda comparase con la ruina que ocasiona en el alma un solo pecado mortal. Es la única desgracia que merece propiamente el nombre de tal, y es de tal magnitud, que no debería cometerse jamás, aunque con él se pudiera evitar una terrible guerra internacional que amenace destruir a la humanidad entera, o liberar a todas las almas del infierno y del purgatorio.
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Sabido es que, según la doctrina católica – que no puede ser mas lógica y razonable para cualquiera que, teniendo fe, tenga además sentido común -, el bien sobrenatural de un solo individuo está por encima y vale infinitamente más que el bien natural de la creación universal entera, ya que pertenece a un orden ínfinitamente superior: el de la gracia y la gloria.

Así como sería una locura que un hombre se entregase a la muerte para salvar la vida a todas las hormigas del mundo – vale más un solo hombre sacrificase su bien eterno, sobrenatural, por salvar el bien temporal y meramente humano de la humanidad entera: no hay proporción alguna entre uno y otro.


El hombre tiene obligación de conservar su vida sobrenatural, de vivir en la gracia a toda costa, aunque se hunda el mundo entero.

He aquí los principales efectos que causa el alma un solo pecado mortal voluntariamente cometido:

1) Pérdida de la gracia santificante que hacía el alma pura, santa e hija adoptiva de Dios heredera de la Vida eterna. Sin la gracia santificante nadie puede salvarse.
2) Pérdida de las virtudes infusas (caridad, prudencia, justicia, fortaleza, templanza) y de los dones del Espíritu Santo, que constituyen un tesoro divino, infinitamente superior a todas las riquezas materiales de la creación entera.
3) Pérdida de la presencia amorosa de la Santísima Trinidad en el alma, que se convierte en morada y templo de Satanás.
4) Pérdida de todos los méritos adquiridos (mediante las buenas obras) en toda su vida pasada, por larga y santa que fuera.
5) Feísima mancha en el alma, que la deja tenebrosa y horrible a los ojos de Dios. “El pecado, dice San Juan Crisóstomo, deja el alma tan leprosa y manchada que mil fuentes de agua no son capaces de lavarla”.
6) Esclavitud de Satanás. El que está en el pecado mortal es esclavo de Satanás “que es príncipe de los pecadores”, dice San Agustín.
7) Aumento de las malas inclinaciones. El pecador esta debilitado y no puede fácilmente resistir contra el mal, le cuesta mucho trabajo hacer el bien.
8) Remordimiento e inquietud de conciencia, el que está en pecado mortal no tiene tranquilidad y paz en su alma ni en su familia, ni en su trabajo.
9) Reato, es decir merecimiento de pena eterna. El pecado mortal es el infierno en potencia, es decir, el que está en pecado mortal puede en cualquier momento caer en el infierno para siempre.


Como se ve, el pecado mortal es como un derrumbamiento instantáneo de nuestra vida sobrenatural, un verdadero suicidio del alma a la vida de la gracia Y pensar que tantos y tantos pecadores lo cometen con increíble facilidad y ligereza , no para evitarle al mundo una catástrofe lo que sería ya gran locura-, sino por un instante de placer bestial, por unos miserables pesos que tendrán que dejar en este mundo, por un odio y rencor al que no quiere renunciar y otras mil bagatelas y niñerías por el estilo!


Realmente tenía razón San Alfonso de Liborio cuando decía que el mundo le parecía un inmenso manicomio en el que los pobres pecadores habían perdido por completo el juicio. Y, con razón también, la piadosísima reina Blanca de Castilla le decía a su hijo San Luis, futuro rey de Francia: “Hijo mío, preferiría verte muerto que cometer un solo pecado mortal.” Es impresionante la descripción que hace Santa Teresa del estado en que queda un alma que acaba de cometer un pecado mortal”. (A ella se lo hizo ver Nuestro Señor de una manera milagrosa); “no sería posible a ninguno pecar, aunque se pusiesen a mayores trabajos que se que se pueden pensar por huir de las ocasiones”, (Moradas primeras, c.2)


¿Cómo podemos evitar el pecado mortal?


El que quiere asegurar la salvación eterna de su alma, nada tiene que procurar con tanto empeño como evitar a toda costa la catástrofe del pecado mortal.



Sería gran temeridad e increíble ligereza seguir pecado tranquilamente confiando en realizar más tarde la conversión y vuelta definitiva a Dios. En gran peligro se podría ese pecador de frustrar esa esperaza tan vana e inmoral. La muerte puede sorprenderle en el momento menos pensado, y se expone, además, a que la justicia de Dios determine substraerle, en castigo de tan manifiesto abuso, la gracia eficaz del arrepentimiento, sin la cual le será absolutamente imposible salir de su horrible situación. Si diera cuenta el pecador del espantoso peligro a que se expone, no podría conciliar el sueño una sola noche a menos de haber perdido por completo el juicio.

He aquí, indicados nada más, algunos de los medios más eficaces para salir del pecado mortal y no volver jamás a él:

1) Asistir al santo Sacrificio de la Misa. “por que nos obtiene la gracia del arrepentimiento, nos facilita el perdón de los pecados. ¡Cuantos pecadores, asistiendo a Misa, han recibido allí la gracia del arrepentimiento y la inspiración! de hacer una buena confesión de toda su vida”! (R. Garrigou-Lagrange, el Salvador, ed. Patmos, pág. 463).
2) Confesión y comunión frecuente, con toda la frecuencia que sea menester para conservar y aumentar las fuerzas del alma contra los asaltos de la tentación. Por la salud del cuerpo tomaríamos con gusto todos los remedios y medicinas que el médico nos mandara. L salud del alma vale infinitamente más.
3) Reflexionar todos los días un ratito sobre los grandes intereses de nuestra alma y de nuestra eterna salvación. La lectura diaria meditada de la vida de los santos ayuda mucho. (Hay unos libros fundamentales: S. Francisco de Sales; Introducción a la Vida devota; S. Alfonso de Liborio, reparación para la muerte; El gran medio de la Oración).
4) Oración de súplica pidiéndole a Dios que nos tenga de de su mano y no permita que nos extraviemos. El Padrenuestro bien rezado y vivido, ayuda mucho.
5) Huida de las ocasiones. El pecador está pedido sin eso. No hay propósito tan firme ni voluntad tan inquebrantable que no sucumba. Con facilidad ante una ocasión seductora. Es preciso renunciar si contemplaciones a los espectáculos inmorales (se comete, además, pecado de escándalo y cooperación al mal, contribuyendo con nuestro dinero a mantenerlos amistades frívolas y mundanas, conversaciones torpes, revistas o fotografías obscenas, películas, Internet, la caja de todos los vicios etc. Imposible mantenerse en pie si no se renuncia a todo eso. La felicidad inenarrable que nos espera eternamente en el cielo bien vale la pena de renunciar a esas cosas que tanto nos seducen ahora, sobre todo teniendo en cuenta que por un goce momentáneo nos llevarían a la eterna ruina.
6) Devoción entrañable a María, nuestra dulcísima Madre, abogada y refugio de pecadores. Lo ideal sería rezarle todos los días el Santo Rosario, que es la primera y más excelente de las devociones marianas y grandísima señal de prdesdestinación para que lo rece devotamente todos los días; pero, al menos, no olvidemos nunca las tres avemarías al levantarnos, acostarnos y a experimentar la tentación, para que nos alcance la victoria.
7) Hacer regularmente los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Hay una muerte, un juicio, una eternidad feliz o infeliz. Con el pecado no se discute. Tenemos que salvarnos cueste lo que cueste.



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viernes, 22 de junio de 2012

LA VIDA TEMPORAL Y LA VIDA ETERNA


La muerte es una separación del cuerpo y del espíritu por desfallecimiento de aquél. Durante la vida temporal, el hombre debe prepararse para la eterna.
 | Fuente: Catholic.net
La vida temporal y la vida eterna
La vida temporal y la vida eterna 
El cristianismo, una religión de milagros y de misterios. 

Hay dos errores gravísimos: el de instalarse cómodamente en la vida del tiempo, haciendo del camino fin y de lo provisional definitivo, comprometiendo así gravemente la vida en la eternidad; y el obsesionarse hasta la obnubilación con la vida eterna, de tal modo que, en un quietismo antivitalista, olvidemos que es aquí, en la vida temporal, donde hemos de definirnos para aquélla.
Es en el tiempo donde nos definimos para la salvación o la condenación eternas. Y es al fin del tiempo cuando ha de producirse el examen individual sobre el amor, es decir, sobre las obras, porque obras son amores y no buenas razones.

El milagro prueba el señorío de Dios sobre el orden de la naturaleza por El creado, que rompe o interrumpe.

El misterio prueba el señorío de Dios sobre la Verdad, que, sin dejar de serlo, el hombre, por sí solo, no puede ver en muchas de sus parcelas, necesitando que El se las revele.

Centrando nuestra atención en lo mistérico, para percibir y percatarse de la Verdad que oculta, hace falta, con la Revelación, una fuente de conocimiento más alto que la de los sentidos, y aún más alto que la que nos proporciona la razón. Esa fuente más elevada de conocimiento se llama la fe.

Si la luz de Dios -Lumen Dei- permite al bienaventurado contemplar intuitivamente, hacienda innecesaria la luz de los sentidos, la luz de la razón y la luz de la fe el hombre, en tanto esa bienaventuranza no llegue, aquí, en el tiempo y en el espacio, necesita para su andadura correcta, para no tropezar o para rehacerse del tropiezo, alumbrarse con la llama triple de los sentidos, de la razón y de la fe.

También el cristianismo, por ser mistérico, aunque parezca contradictorio no lo es, porque lo contradictorio no puede concordarse, mientras que lo paradójico explica y concuerda en su contexto lo que, en principio, es decir, a primera vista, se presenta como discordante, inconciliable y antinómico.

Hay , así , paradoja y no contradicción en frases conocidas como éstas: "los últimos serán los primeros", "el que se humilla será ensalzado"·, "mi paz os dejo, pero he venido a traer la guerra", "dichosos los que padecen", "el que quiera salvar su vida la perderá,...."

La suprema paradoja -y no contradicción, como veremos- no está en unas palabras, sino en un hecho clave. Cristo, Maestro de la Verdad, dice de Si mismo: «Yo soy la Vida»; y sin embargo, la Vida encarnada muere en la Cruz.

A este hecho clave hemos de llegar si con la luz de los sentidos, de la razón y de la fe, nos acercamos a la vida y a la muerte, como problema esencial de todo hombre; y, como un derivado, al derecho a vivir de coda hombre en su etapa histórica en la que vosotros y yo nos encontramos.

La muerte, como destrucción orgánica, es un fenómeno psicosomático, que transforma el cuerpo animado en cadáver, al estar desprovisto de animación. Un cadáver, durante algunas horas, como por inercia, mantiene la configuración corporal; y hay cadáveres que, artificialmente -embalsamamiento y momificación- o sobrenaturalmente -cadáveres incorruptos de algunos santos-, la conservan por tiempo indefinido. Pero, en cualquiera de los casos, allí no hay cuerpos, sino cadáveres.

Pero la muerte, en el hombre, es algo más que un fenómeno psicosomático, que puede homologarse con la muerte de otros seres vivos creados. la muerte en el hombre es un fenómeno metafísico, sobrevenido porque el hombre, siendo naturaleza creada, es sobrenaturaleza. El hombre, enmarcado en, y fruto de la tarea creadora genesíaca, aparece como un ser sobrenatural en un doble sentido: por una parte, se le proclama rey de la creación, destinado a dominarla -por lo que está sobre ella-, y por otra, el aliento de vida que le da el ser es un aliento divino eternizante y, por ello cualitativamente distinto e infinitamente superior al del resto de todo lo creado.

El hombre, criatura-eternizada, no fue, ni siquiera originariamente, criatura glorificada, pero el aliento divino de vida, que al espiritualizarle lo eternizó, hizo tránsito a su envoltura corporal, que de suyo, de por sí, hubiera estado sujeta a la muerte. El hombre del paraíso era un hombre inmortalizado. la muerte en el hombre es un acontecimiento metafísico sobrevenido. la muerte de la carne es el fruto de la desobediencia de su espíritu libre, el Haftuag que dirían los alemanes, la responsabilidad hecha castigo por la Schuld, es decir, por la culpa.

Por eso, yo acojo con ironía el esfuerzo de algunos defensores, incluso en el campo católico, de la teoría de la evolución, con su lista más o menos imaginaria de los antropoides intermedios. Para mí, lo que teológica e históricamente se ha producido en la humanidad es, en cierto modo, una involución, una degradación, un retroceso. No es que el antropoide, en un momento y en un lugar indeterminados, se haya convertido en hombre, con la posición erecta -bípedo implume- y el ensanchamiento de su ángulo facial, sino que el hombre inmortalizado, con inteligencia diáfana y voluntad firme, al rebelar libremente su espíritu contra Dios, privó a su alma, no de su eternización -porque el espíritu no perece-, pero Si de su glorificación, y a la carne de su inmortalidad. Reducida la carne a sí misma, inutilizada por el pecado la fuerza inmortalizante del espíritu, el cuerpo del hombre quedó aprisionado por el deterioro y el desfallecimiento de la naturaleza creada que, en principio, iba a dominar. Por el pecado, la naturaleza le dominó y sometió la carne -sólo naturaleza de por sí- a su propia ley de finitud.

A luz de la fe proyectada sobre la muerte del hombre, sobre su reencuentro con la tierra, de cuyo barro se formó su carne, sobre la reconversión en polvo de lo que no era más que polvo, nos conduce desde la promesa del Paraíso que se perdió al cumplimiento histórico y metahistórico de la misma promesa. El vástago de José anunciado en el Génesis, próximo para Isaías, recordado en el Adviento que acaba de comenzar, vine a destruir el pecado y con el pecado su fruto, que es la muerte.

Esa victoria la consigue la Vida encarnada muriendo, y muriendo en la Cruz. A partir de ese instante, la muerte cobra, con significado distinto, otra valencia sobrenatural. No deja de ser un fenómeno psicosomático, no deja de ser salario del pecado, no deja de ser guadaña segadora, pero es, al mismo tiempo, para el hombre en gracia, que ha escondido su vida en Cristo y muere en El y con El, llave del Paraíso y janua coeli, puerta del cielo. Pero hay algo más. En el Símbolo de la Fe decimos que "creemos en la resurrección de los muertos",. la conversión de la guadaña en llave del muro que cierra en pórtico que se abre, es una realidad esperanzada para el cuerpo, que recobrará su incorruptibilidad y será inmortalizado y glorificado. Cuando se consume la victoria sobre la muerte, victoria que tuvo su principio y tiene su garantía en Cristo resucitado, con los ojos del cuerpo, que ahora no pueden ver a Dios, traspasados por el lumen gloriae, se podrá contemplar en Dios lo que El ha preparado para el gozo del hombre.

Todo esto nos lleva a lo que podríamos llamar una nueva visión de la muerte, de la vida y del status viatoris que discurre desde que la vida temporal se inicia hasta que la vida temporal concluye.

Nueva visión de la muerte: Aunque la muerte en el hombre no deje de ser la obra del Maligno, que por odio a la vida la introdujo en la humanidad; aunque la muerte vaya despertando como vivencia acosadora conforme transcurren los años y se advierta su cercanía; aunque la vivencia de la muerte produzca pánico, por lo que pueda implicar de dolorosa y de tránsito a lo desconocido, repugnancia por instinto de conservación, rebeldía ante lo que puede interpretarse como inhumano, tristeza amarga como frustración del ser, resignación estoica ante la imposibilidad de evitarla, todo ello en el cristianismo es superable, porque su visión de la muerte, sin ignorar esas reacciones, las supera.

Para el cristiano, que mira la muerte no sólo con la luz de los sentidos y de la razón, sino con la luz de la fe, la muerte no aniquila el ser. La muerte es una separación, una despedida del cuerpo y del espíritu por desfallecimiento de aquél. La despedida no es para siempre. No es un adiós, sino un hasta luego. Lo tremendo del hombre no es que muera de verdad, sino que, aun deteriorándose y pulverizándose el cuerpo, el hombre -su yo personal identificante- no muere nunca.

Nueva visión de la vida: la vida del hombre es lineal, pero ascendente. En ella hay, no uno, sino dos alumbramientos; y ambos son dolorosos, porque la redención del hombre y la vida histórica del hombre están signadas por el dolor. El primer alumbramiento es el parto. Por el parto, el hombre ve la luz del mundo. Por el parto se da a luz en el tiempo; y la separación del claustro materno es dolorosa para la madre y para el hijo; y dolorosa hasta el derramamiento de sangre. Por el segundo alumbramiento, se pasa a la luz de la eternidad. Este nuevo dar a luz es también separación dolorosa, porque hay dolor en el cuerpo, que siente su desanimación progresiva, y en el alma, que, al irse desprendiendo de la nebulosa de los sentidos, con todas sus potencias en vigor, tiene conciencia nítida del desgarro. El dolor de este alumbramiento es más profundo que el del primero, porque incide en la más íntima radicalidad del ser. De alguna manera podría recordarlo la separación de la uña de la carne, a que se refería doña Jimena al separarse del Cid, o la frase de Antonio Rivera, nuestro "Angel del Alcázar": «¡Me estoy muriendo!»

Ahora bien; si la muerte es otro alumbramiento, como el del trigo que se pudre para hacerse espiga, o el gusano de seda que, luego de hacer su capullo, lo rompe y, alado, se hace mariposa, o el del hierro que, en la fragua, incandescente y cincelado y forjado, se convierte en obra de arte, la muerte no es una pérdida, sino una ganancia, como dice San Pablo, y todas aquellas reacciones, pánico, repugnancia, rebeldía resignación, se hacen deseo. Nadie como Teresa de Jesús manifiesta ese deseo, no de morir como huida, como olvido o como descanso, sino como anhelo de usar la llave y de abrir la puerta de la Vida, de morir precisamente para vivir. El desasosiego de morir por no morir florece en los versos famosos: "Y en tal alto Vida espero, que muero porque no muero."

Nueva visión del status viatoris: En el aquí y ahora de la primera etapa vital, el hombre, a la luz de la fe, no contempla lo que ha de sucederle como una prolongación sino dio de aquélla; como un estirón sin final del tiempo; como un tiempo con prórroga interminable. El tiempo de la eternidad ya no es tiempo. Y el parto segundo de la muerte no es una prolongación longitudinal, sino una ascensión cualitativa.

En el itinere histórico el hombre transcurre en él ahora-tiempo, y, como señala Zubiri, desde un instante hacia un algo. El «ahora temporal» navega sobre el «siempre eterno»; y ese ahora comprende para el hombre desde su concepción hacia y hasta su muerte corporal. En ese ahora, el hombre se va configurando, conformando, definiendo y haciéndose definitivo, de tal forma que configurado, conformado y definido, es decir, consumado definitivamente, llega con su alma, al morir el cuerpo, a la eternidad.

La Parusía, que es la exaltación jubilosa, del triunfo final de Cristo, supone la absorción del tiempo por la eternidad, la inmortalidad gloriosa del cuerpo humane y la transformación de la naturaleza en una tierra y en un cielo nuevos.

Siendo esto así, para un cristiano la etapa histórica de su vida es una preparación y una provisionalidad. Durante ella ha de procurar ir definiéndose, es decir, preparándose y equipándose para la eterna. El ahora ha de estar en función del siempre, y el camino y el quehacer del camino han de concebirse en función de la meta.

Caben aquí, sin embargo, dos errores gravísimos: el de instalarse cómodamente en la vida del tiempo, haciendo del camino fin y de lo provisional definitivo, comprometiendo así gravemente la vida en la eternidad; y el obsesionarse hasta la obnubilación con la vida eterna, de tal modo que, en un quietismo antivitalista, olvidemos que es aquí, en la vida temporal, donde hemos de definirnos para aquélla.

Es en el tiempo donde nos definimos para la salvación o la condenación eternas. Y es al fin del tiempo cuando ha de producirse el examen individual sobre el amor, es decir, sobre las obras, porque obras son amores y no buenas razones.

Con esta perspectiva, debemos asomarnos a la cuestión actualísima como ninguna de la muerte y de la vida temporales. Una y otra se contemplan desde la luz de los sentidos y de la razón, pero, sobre todo, a la luz de la Verdad revelada y, por tanto, de la fe: la fe objetiva, como haz de verdades, y la fe subjetiva, como virtud teologal.

La vida y la muerte temporales, en función de la Vida o de la muerte eternas, se contorsionan en la ley, en las costumbres y en la conciencia individual y colectiva. Ahí donde la vida está amenazada, allí el cristiano ha de comparecer para dar testimonio de la verdad, aunque el testimonio conlleve persecución y sacrificio.

martes, 22 de mayo de 2012

LA VIDA ETERNA CONSISTE EN ESTO: EN QUE TE CONOZCA A TI, EL ÚNICO DIOS VERDADERO, Y A JESUCRISTO, TU ENVIADO (Jn 17,3)




VIDA ETERNA
“La vida eterna consiste en esto: en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, tu enviado” (Jn 17,3). Conocer al Dios de Jesucristo, conocer al Hijo y al Espíritu Santo, conocerlos no sólo con la mente, sino también con el corazón, conocerlos estando en comunión con ellos, conocerlos de modo que olvidemos todo lo demás: eso es la «vida eterna». Lo demás pertenece a las cosas que pasan, a la infinita vanidad del todo, a lo que carece de consistencia, a lo que tiene una vida efimera, a lo que no vale la pena aferrarse.
Mi vida ha de ser un continuo progreso en el conocimiento del Dios vivo y verdadero, un progreso en la sublime ciencia de Cristo, un caminar según el Espíritu, porque esta vida es ya vida eterna. Una vida, a veces, poco apetecible, porque la condición humana hay que vivirla en la carne y en la sangre, porque el mundo me envuelve y me condiciona, porque mi fe es todavía titubeante e insegura. Pero basta con que me detenga un poco a reflexionar en las palabras del Señor, basta con que invoque su Espíritu, para que reemprenda el camino hacia el inefable mundo de Dios y llegue a comprender la fortuna de haber escuchado, también hoy, estas palabras que me unen al Padre y al Hijo, en el vínculo del Espíritu, para pregustar algunas gotas del dulcísimo océano de la vida eterna.

domingo, 6 de mayo de 2012

YO SOY LA VERDADERA VID Y MI PADRE ES EL VIÑADOR

 Juan 15,1-8.
Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador.
El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía.
Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.
Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.

viernes, 24 de febrero de 2012

!YO SÉ QUE ME ESTÁS MIRANDO¡



 Jesús Amado, que conoces                                                                                                                      
 Cada recoveco de mi corazón,
Y su latido, y su quejido,
Su añoranza del tiempo perdido,
Quiero llamar Tu atención si es posible,
Para que mi pobre lamento sea oído,
Y enderezcas lo torcido.
  Hagas brillar lo entumecido,
 Y aparezcas, si Estas Escondido.
Devuélveme  la inocencia perdida,
Quiero restaurarme, por tanta ofensa.
Quiero, pagar mis deudas cometidas
Por tantos apegos desordenados.
 Quiero, que no me sueltes de Tu Mano,
 Y en Tu Presencia Te lo Pido.
Lo más cerca posible,
 Yo sé que me estás mirando…
 Y siento, cuanto he abusado de Tu Clemencia,
Cuanto he pecado, y he faltado a Tu Amor,
A ese amor incondicional que me has dado.
Y he faltado a mis Hermanos,
 Te pido, sinceramente perdón, perdón…
Perdóname, devuélveme la inocencia perdida.
Auméntame la fe, acógeme en Tu Regazo,
 Y mi amor será trasformado;
Mi corazón, se hará más grande,
 Para amarte en mis hermanos.
Para amarte en el corazón de tu Madre,
 Haz que me guíe, y me limpie con su Manto,
 Y me Abra sus Brazos, para Seguir Amándote.


Mercedes Ramos

martes, 7 de febrero de 2012

LIBRO DE TOBÍAS

                       Pulsar en el Título y leer,  su vida, en TÚ TAMBIEN PUEDES SER SANTO.
 
• Este libro toma su nombre del santo Tobías, cuyas virtudes maravillosas aquí se registran. Contiene los documentos más relevantes de gran piedad, la paciencia extraordinaria y de una perfecta resignación a la voluntad de Dios. Su humilde oración fue escuchada, y el ángel Rafael fue enviado para aliviar: él es agradecido y alaba al Señor, pidiendo a los hijos de Israel a hacer lo mismo. Después de haber vivido a la edad de ciento dos años, exhorta a su hijo y nietos a la piedad, predice la destrucción de Nínive y la reconstrucción de Jerusalén: él muere feliz.
Tobias Capítulo 1
• Temprana piedad de Tobias: sus obras de misericordia, sobre todo en enterrar a los muertos.
1:1. Tobías de la tribu de Neftalí y de la ciudad, (que está en la parte superior de Galilea por encima de Naasón, más allá del camino que conduce hacia el oeste, que tenía en la mano derecha de la ciudad de Sephet,)
1:2. Cuando fue hecho prisionero en los días de Salmanasar rey de los asirios, incluso en su cautiverio, no abandonó el camino de la verdad,
1:3. Pero cada día le dio todo lo que podía llegar a sus hermanos, sus compañeros de cautiverio, que eran de su parentela.
1:4. Y cuando era más joven que cualquiera de la tribu de Neftalí, pero lo hizo nada infantil en su trabajo.
1:5. Por otra parte, cuando todos se fueron a los becerros de oro que Jeroboam rey de Israel había hecho, sólo él huyó de la compañía de todos,
1:6. Y fue a Jerusalén a la casa de Jehová, y adoraron al Señor Dios de Israel, ofreciendo fielmente todas sus primicias y sus diezmos,
1:7. Así que en el tercer año que dio a todos sus diezmos a los prosélitos y extraños.
1:8. Estas y cosas semejantes que se observan cuando un niño, pero de acuerdo a la ley de Dios.
1:9. Pero cuando él era un hombre, tomó por mujer a Ana de su propia tribu, y tuvo un hijo con ella, a quien llamó por su propio nombre,
1:10. Y desde su infancia le enseñó a temer a Dios, y de abstenerse de todo pecado.
01:11. Y cuando por el cautiverio con su esposa y su hijo y toda su tribu llegó a la ciudad de Nínive,
01:12. (Cuando todos comían de las carnes de los gentiles) mantuvo su alma y nunca se contaminaron con sus carnes.
1:13. Y porque era consciente de que el Señor con todo su corazón, Dios le dio gracia ante los ojos de Salmanasar el rey.
1:14. Y le dio permiso para ir a donde quisiera, con la libertad de hacer lo que tenía una mente.
01:15. Por lo tanto, fue a todos los que estaban en cautiverio, y les dio advertencias saludables.
1:16. Y cuando llegó a Rages una ciudad de los medos, y tenía diez talentos de plata de la que, con la que había sido honrado por el rey:
01:17. Y cuando entre una gran multitud de los suyos, vio Gabelus en la indigencia, que era uno de su tribu, tomando nota de su mano le dio la referida suma de dinero.
01:18. Pero después de mucho tiempo, el rey Salmanasar estar muerto, cuando Senaquerib su hijo, quien reinó en su lugar, tenía un odio a los hijos de Israel:
1:19. Tobías se fue al día entre todos ellos a su parentela y de consuelo, y se distribuye a cada uno como pudo, de sus bienes:
1:20. Alimentó a los hambrientos, y se entregó a vestir al desnudo, y tuvo la precaución de enterrar a los muertos, y los que fueron asesinados.
01:21. Y cuando el rey Senaquerib fue regresar, huyendo de Judea, en razón de la masacre que Dios había hecho por él por su blasfemia, y estar enojado mató a muchos de los hijos de Israel, Tobías enterrados sus cuerpos.
01:22. Pero cuando se le dijo al rey, que le había mandado para ser sacrificado, y se llevó toda su sustancia.
01:23. Pero Tobías huyendo desnuda de distancia con su hijo y con su esposa, se ocultaba, para muchos lo amaba.
1:24. Pero después de cuarenta y cinco días, el rey fue asesinado por sus propios hijos.
1:25. Y Tobías regresó a su casa, y todo su contenido le fue restaurada.
Tobias Capítulo 2
• Tobias leaveth su comida para enterrar a los muertos: que pierda su vista el permiso de Dios, para la manifestación de su paciencia.
2:1. Pero después de esto, cuando había una fiesta del Señor, y una buena cena fue preparada en la casa de Tobías,
02:02. Le dijo a su hijo: Ve, y traer algo de nuestra tribu que temen a Dios, a la fiesta con nosotros.
2:3. Y cuando se hubo ido, regreso, le dijo, que uno de los hijos de Israel yacía muerto en la calle. Y de inmediato saltó de su lugar en la mesa, y salió de su cena, y llegó el ayuno para el cuerpo.
02:04. Y llevándolo hasta la llevó a su casa privada, que después de que el sol había bajado, podría enterrarlo con cautela.
02:05. Y cuando él había escondido el cuerpo, se comió el pan con el luto y el miedo,
2:6. Al recordar la palabra que Jehová ha hablado por el profeta Amós: Sus días de fiesta se convirtió en llanto y luto.
02:07. Así que cuando el sol se puso, él fue y lo enterró.
2:8. Ahora todos sus vecinos lo culpó, diciendo: una vez que ya el mandamiento fue dado por ti para ser muertos por causa de este asunto, y tú los libraste de escape escasa la pena de muerte, ¿y tú una vez más enterrar a los muertos?
02:09. Pero Dios Tobias temiendo más que el rey, se llevaron los cuerpos de los que fueron muertos, y los escondió en su casa, ya la medianoche los enterraron.
02:10. Ahora bien, sucedió que un día cansado del enterramiento, que llegó a su casa, y se arrojó por la pared y se durmió,
02:11. Y mientras dormía, el estiércol caliente de un nido de golondrinas cayó sobre sus ojos, y él se hizo a ciegas.
02:12. Ahora bien, este juicio por lo tanto, el Señor permitió a pasar con él, que un ejemplo podría ser dado a la posteridad de su paciencia, como también de santo Job.
02:13. Por mientras que él siempre había temido a Dios de su infancia, y que guardó los mandamientos, no repined contra Dios, porque el mal de la ceguera que le había ocurrido,
02:14. Pero siguió inmóvil en el temor de Dios, dando gracias a Dios todos los días de su vida.
02:15. Porque como los reyes insultados por el santo Job: por lo que sus relaciones y parientes se burlaban de su vida, diciendo:
Reyes ... Así que tres amigos de Job se denominan aquí, porque ellos son los principales entre sus respectivos territorios.
02:16. ¿Dónde está tu esperanza, por lo que me diste por compañera limosna, y buriedst los muertos?
02:17. Pero Tobías les reprendió, diciendo: No hables así:
02:18. Porque somos los hijos de los santos, y buscar que la vida que Dios dará a los que nunca cambian su fe en él.
02:19. Ahora Ana su esposa fueron todos los días al trabajo de tejer, y ella trajo a casa lo que podía obtener de su vida por el trabajo de sus manos.
02:20. Por lo cual aconteció, que recibió un chico joven, y lo llevó a casa:
02:21. Y cuando su marido oyó balar, dijo: Ten cuidado, no sea que sea robado: restaurar vosotros a sus dueños, ya que no es lícito para nosotros, ya sea para comer o tocar a cualquier cosa que viene por el robo.
02:22. Al oír estas palabras a su esposa estar enojado respondió: Es evidente que la esperanza ha llegado a nada, y tus limosnas aparecen ahora.
02:23. Y con estas y otras, tales como las palabras que ella le echó en cara.
Tobias Capítulo 3
• La oración de Tobías y de Sara, en sus aflicciones varios, son escuchados por Dios, y el ángel Rafael es enviado a aliviarlos.
3:1. Entonces Tobías suspiró y comenzó a orar con lágrimas,
3:2. Diciendo: Tú eres justo, Señor, y todos tus juicios son justos, y toda misericordia tus caminos, y la verdad, y la sentencia:
03:03. Y ahora, Señor, acuérdate de mí, y no quites la venganza de mis pecados, ni os acordáis de mis ofensas, ni los de mis padres.
3:4. Para nosotros no hemos obedecido tus mandamientos, por lo tanto, estamos entregados a estropear y al cautiverio, y la muerte, y se hizo una fábula, y una afrenta a todas las naciones, entre los que nos has dispersado.
3:5. Y ahora, oh Jehová, grandes son tus juicios, porque no he hecho conforme a tus mandamientos, y no han andado con sinceridad delante de ti.
03:06. Y ahora, Señor, haz de mí según tu voluntad, y mando mi espíritu para ser recibido en la paz, porque es mejor para mí morir que vivir.
3:7. Ahora bien, sucedió el mismo día, que la hija de Sara, Raquel, en Ragués de una ciudad de los medos, recibió un reproche de una de las criadas de su padre,
Rabia ... En el griego es Ecbatana, que también se llamaba Rabia. Porque había dos ciudades en los medios del nombre de Rabia. Ragüel habitó en una de ellas, y Gabelus en el otro.
03:08. Debido a que había sido dada a siete maridos y un demonio llamado Asmodeo los había matado, en su primera va a ella.
03:09. Así que cuando ella reprochó a la criada por su culpa, ella le respondió, diciendo: Que nunca ver al hijo, o hija de ti en la tierra, el asesino te de tu marido.
3:10. ¿Quieres tú matarme también, como tú has matado ya a siete maridos? Al oír estas palabras, entró en una cámara superior de su casa, y durante tres días y tres noches, no comió ni bebió:
03:11. No obstante, continuar en la oración con lágrimas suplicó a Dios, que la iba a librar de este reproche.
03:12. Y aconteció que al tercer día, cuando ella estaba haciendo un final de su oración, bendiciendo al Señor,
03:13. Ella dijo: Bendito sea tu nombre, oh Dios de nuestros padres, que cuando has estado enojado, se marchitan haced misericordia, y en el tiempo de la tribulación perdonas los pecados de los que te invocan.
03:14. A ti, oh Señor, doy la cara, a ti dirijo mis ojos.
03:15. Te ruego, oh Señor, que tú me librar de la unión de este reproche, o de lo contrario me llevaría lejos de la tierra.
03:16. Tú sabes, Señor, que nunca codiciado esposo, y has guardado mi alma limpia de toda la lujuria.
03:17. Nunca me he juntado con ellos que juegan, ni tampoco he hecho a mí mismo participante con los que caminan en la ligereza.
03:18. Sin embargo, un marido que accedió a tomar, con tu miedo, no con mi lujuria.
03:19. Y ya sea que no era digno de ellos, o tal vez no eran dignos de mí: porque has quizá tú me mantiene por otro hombre,
03:20. Para tu consejo no está en el poder del hombre.
03:21. Pero este es un seguro de todos los que te adoran, que su vida, si es en el juicio, serán coronados y si es en la tribulación, que serán entregados: y si es en la corrección, se le permitirá llegar a tu misericordia.
03:22. Porque no eres encantados en nuestro ser perdido, porque después te haces un tú tempestad en sosiego, y después de las lágrimas y llorando te pourest de alegría.
03:23. Sea tu nombre, oh Dios de Israel, bendito por los siglos,
03:24. En ese momento las oraciones de los dos se escucharon en la visión de la gloria del Dios Altísimo:
03:25. Y el santo ángel del Señor, Rafael fue enviado a sanar a los dos, cuyas oraciones de una sola vez fueron ensayadas en los ojos del Señor.
Tobias Capítulo 4
• Pensamiento Tobías él morirá, da sus amonestaciones piadosas hijo: y lo dice a él de dinero que había prestado a un amigo.
4:1. Por tanto, cuando Tobias pensó que su oración fue escuchada de que podía morir, él le llamó a su hijo Tobías,
04:02. Y le dijo: Oye, hijo mío, las palabras de mi boca, y las ponen como base en tu corazón.
4:3. Cuando Dios toma mi alma, tú serás enterrar a mi cuerpo: y el honor serás tu madre todos los días de su vida:
4:4. Porque has de tener en cuenta qué y cómo los grandes peligros que sufrió por ti en su seno.
04:05. Y cuando ella también se ha terminado el tiempo de su vida, a enterrar a mi lado.
4:6. Y todos los días de tu vida a Dios en tu mente: y tú ten cuidado no dar su consentimiento para el pecado, ni transgredir los mandamientos de Dios, nuestro Señor.
04:07. Dar limosna de tus bienes, y no te apartes tu rostro de una persona pobre: para lo que vendrá a pasar que el rostro del Señor no se apartó de ti.
04:08. De acuerdo a tu capacidad de ser misericordiosos.
04:09. Si tú tienen mucho dan en abundancia: si tú tienes algo, tenga cuidado, incluso para otorgar un poco de buena gana.
04:10. Porque así te atesoras una buena recompensa para el día de la necesidad.
04:11. Porque la limosna libra de todo pecado, y de la muerte, y no dejará caer el alma a entrar en la oscuridad.
04:12. Limosna será una gran confianza antes de que el Dios Altísimo, a todos los que le dan.
04:13. Ten cuidado de mantener, hijo mío, de toda fornicación, y al lado de tu esposa no soportan a conocer un delito.
04:14. Estamos seguros de que el orgullo de reinar en tu mente, o en tus palabras: para la perdición de todo tuvo su comienzo.
04:15. Si alguno lo ha hecho algún trabajo para ti, de inmediato le pague su salario, y no dejar que el salario de tu jornalero estar siempre contigo en absoluto.
04:16. Ver tú no hagas a otro lo que tú quieres el odio que te hagan a ti por otra.
04:17. Y come tu pan con el hambriento y al necesitado, y con tu ropa de cubrir al desnudo,
04:18. Diseñar tu pan y tu vino sobre la sepultura de un hombre justo, y no comer y beber de la misma con los malvados.
04:19. Siempre busque el consejo de un sabio.
04:20. Dios los bendiga en todo momento: y el deseo de él para dirigir tus caminos, y que todos tus consejos pueden permanecer en él.
04:21. Yo te digo también, hijo mío, que me prestó diez talentos de plata, mientras que tú eras todavía un niño, para Gabelus, en Ragués de una ciudad de los medos, y tengo una nota de la mano conmigo:
04:22. Ahora, pues, preguntar cómo te podrás marcharte con él, y recibir de él la suma de dinero antedichos, y devolverle la nota de su mano.
04:23. No temas, hijo mío: que llevamos hecho una vida pobre, pero vamos a tener muchas cosas buenas, si tememos a Dios, y apartarse de todo pecado, y hacer lo que es bueno.
Tobias Capítulo 5
• Joven Tobías buscando una guía para su viaje, el ángel Rafael, en la forma de un hombre, undertaketh esta oficina.
5:1. Entonces Tobías respondió a su padre, y dijo: Voy a hacer todas las cosas, el padre, que tú has mandado yo.
05:02. Pero, ¿cómo voy a conseguir ese dinero, no lo sé, él no me conoce, y yo no lo conozco: lo simbólico se le dar? tampoco nunca saber el camino que lleva hasta allí.
05:03. Entonces su padre le respondió, y dijo: Yo tengo una nota de la mano conmigo, que cuando tú le enseñes, que actualmente va a pagar.
05:04. Id, pues, ahora, y te buscan a un hombre fiel, para que fuéramos contigo para su alquiler: que cargues tú lo reciben, mientras yo viva.
5:5. Entonces Tobías al nacer, encontró a un hombre joven y bella, de pie, ceñidos, y ya que estaban listos para caminar.
05:06. Y sin saber que él era un ángel de Dios, que lo saludó y le dijo: De dónde eres tú, joven bueno?
5:7. Pero él respondió: De los hijos de Israel. Y Tobías le dijo: ¿Sabes tú el camino que lleva al país de los medos?
05:08. Y él respondió: Yo lo sé: y muchas veces he caminado a través de todas las formas de los mismos, y no tengo morada con Gabelus nuestro hermano, que mora en Ragués una ciudad de los medos, que está situada en el monte de Ecbatana.
05:09. Y Tobías le dijo: Quédate conmigo, te lo ruego, que se lo cuente a estas mismas cosas a mi padre.
05:10. Tobías le dijo a ir en todas estas cosas a su padre. Una vez que su padre está en la admiración, se desea que él vendría á él.
05:11. Así que va en él, le saludaron, y le dijo: Joy serte siempre.
05:12. Y Tobías dijo: ¿Qué clase de alegría me será a mí, que habitan en tinieblas y no ven la luz del cielo?
05:13. Y el joven le dijo: Ten ánimo, tu curación de Dios está cerca.
05:14. Y Tobías le dijo: ¿Puedes llevar a cabo mi hijo Gabelus en Ragués, una ciudad de los medos? y cuando has de regreso, yo te lo pagaré tu salario.
05:15. Y el ángel le dijo: voy a llevar a cabo él allá, y traerlo de vuelta a ti.
05:16. Y Tobías le dijo: Te ruego, dime, ¿de qué familia, o lo que tú eres la tribu?
05:17. Y Rafael, el ángel le contestó: Qué estás buscando a la familia de él hirest tú, o el jornalero a sí mismo para ir con tu hijo?
05:18. Sin embargo, no sea que te deberían hacer incómodo, yo soy Azarías, hijo del gran Ananías.
Azarías ... El ángel tomó la forma de Azarías: y por lo tanto puede llamarse por el nombre de la persona a quien suplantó. Azarías, en hebreo, significa la ayuda de Dios, y Ananías la gracia de Dios.
05:19. Y Tobías le respondió: Tú eres de una gran familia. Pero te ruego que no está enfadado que yo deseaba saber tu familia.
05:20. Y el ángel le dijo: voy a llevar a tu hijo seguro, y traerlo de nuevo a ti, seguro.
05:21. Y respondiendo Tobías, dijo: Que tengas un buen viaje, y Dios estará contigo en tu camino, y su ángel os acompañe.
05:22. Entonces todas las cosas estar listo, que iban a ser transportados en su viaje, Tobías ordenó a su padre y su despedida de la madre, y partieron los dos juntos.
05:23. Y cuando se hubieron ido, su madre comenzó a llorar ya decir: Tú has tenido el personal de nuestra vejez, y lo despidió de nosotros.
05:24. Me gustaría que el dinero para que le has enviado, nunca había estado.
05:25. Por nuestra pobreza era suficiente para nosotros, que podríamos tener en cuenta que las riquezas, que vimos a nuestro hijo.
05:26. Y Tobías le dijo: No llores, nuestro hijo llegará hasta allí seguro, y volverán la caja fuerte para nosotros, y tus ojos lo verán.
05:27. Pues creo que el ángel bueno de Dios echa acompañarlo, y doth ordenar todas las cosas, así que se hacen sobre él, por lo que volverá a nosotros con alegría.
05:28. Al oír estas palabras de su madre dejó de llorar, y se calló.
Tobías Capítulo 6
• Por consejo del ángel Tobias joven que atrapas a un pez que le assaulteth. Reserveth el corazón, la hiel y el hígado los medicamentos. Se alojarán en la casa de Raquel, cuya hija Sara, Tobías va a casarse, ella había estado antes casado con siete maridos, que estaban todos muertos por un demonio.
6:1. Y Tobías siguió adelante, y el perro lo siguió, y se alojó la primera noche junto al río Tigris.
06:02. Y salió a lavarse los pies, y he aquí un pez monstruoso se acercó a devorarlo.
06:03. Y Tobías tener miedo de él, clamó a gran voz, diciendo: Señor, que viene a mí.
6:4. Y el ángel le dijo: Tómalo de la papada, y atraerlo hacia ti. Y cuando lo hubo hecho, le sacó sobre la tierra, y empezó a jadear ante sus pies.
06:05. Entonces el ángel le dijo: Sacar las entrañas de este pez, y ponen su corazón y su descaro y su hígado para ti, porque éstos son necesarios para medicinas útiles.
06:06. Y cuando lo hubo hecho, se asan la carne de los mismos, y se lo llevaron con ellos en el camino: el resto lo salado tanto como podría servirles, hasta que llegaron a Ragués de la ciudad de los medos.
06:07. Entonces Tobías preguntó al ángel, y le dijo: Te ruego, hermano Azarías, dime qué remedios son buenos para estas cosas, que tú me has mantener la oferta de los peces?
06:08. Y el ángel, respondiendo, le dijo: Si esto enseñas a un pedacito de su corazón en brasas, el humo ahuyenta todo tipo de distancia de los demonios, ya sea de hombre o de mujer, para que no venga más a ellos.
Su corazón, el hígado, etc (ver. 19) ... Dios se complació en dar a estas cosas una virtud contra los espíritus orgullosos, para que ellos, que afectó a ser como el Altísimo, sin perjuicio de las criaturas corpóreas medios como instrumentos de su poder.
06:09. Y el descaro es bueno para la unción de los ojos, en los que hay una mancha blanca, y que se curen.
06:10. Y Tobías le dijo: ¿Dónde quieres que nos albergue?
06:11. Y respondiendo el ángel, dijo: He aquí uno cuyo nombre es Raquel, un pariente cercano de la tribu de tu Dios, y él tiene una hija llamada Sara, pero no haber tenido hijo, ni ninguna otra hija a su lado.
06:12. Todo su contenido se debe a ti, y tú debes tomarla por esposa.
06:13. Dile, pues, de su padre, y él le dará a la mujer de ti.
06:14. Entonces Tobías respondió y dijo: He oído que ha sido dada a siete maridos, y todos murieron: por otra parte he oído decir, que un demonio se los mataba.
06:15. Ahora me temo, no sea que lo mismo debe suceder también a mí: y mientras que yo soy el único hijo de mis padres, se deberá reducir su vejez con dolor al infierno.
El infierno ... Es decir, al lugar donde las almas de los buenos se mantuvieron antes de la venida de Cristo.
06:16. Entonces el ángel Rafael le dijo: Oídme, y yo te mostraré quiénes son, sobre el cual el diablo puede prevalecer.
06:17. Para los que de esa forma reciben el matrimonio, como para dejar fuera a Dios de sí mismos, y de su mente, y para entregarse a la lujuria, como el caballo y el mulo, que no tienen entendimiento, por encima de ellos el diablo tiene el poder.
06:18. Pero tú, cuando tú serás la lleve, ir a la cámara, y durante tres días te conserves continente, desde ella, y dar a ti mismo para nada más que a las oraciones con ella.
06:19. Y en esa noche estaba en el hígado de los peces en el fuego, y el diablo se expulsado.
06:20. Sin embargo, la noche te pondrás segundo ser admitido en la sociedad de los santos patriarcas.
06:21. Y la noche serás tú tercero obtener una bendición que los niños de sonido puede nacer de ti.
06:22. Y cuando la tercera noche ha pasado, tomarás la virgen con el temor del Señor, movidos más bien por amor a los niños que por la lujuria, que en la semilla de Abraham te cargues obtener una bendición en los niños.
Tobias Capítulo 7
• Se amable entretenido por Raquel. Tobias demandeth Sara por esposa.
7:1. Y se fue a Raquel, Raquel, y los recibió con alegría.
7:2. Y mirando a Raquel Tobías, dijo a su esposa Anna: ¿Cómo es como este joven a mi primo?
7:3. Y cuando hubo dicho estas palabras, dijo: ¿De dónde son ustedes hombres jóvenes a nuestros hermanos?
7:4. Pero ellos dijeron: Somos de la tribu de Neftalí, de la cautividad de Nínive.
7:5. Y Raquel les dijo: ¿Sabe usted a mi hermano Tobias? Y ellos dijeron: Nosotros lo conocemos.
07:06. Y cuando él hablaba muchas cosas buenas de él, el ángel le dijo a Raquel: Tobias en relación a quien tú inquieras es el padre de este joven.
07:07. Y Raquel se acercó a él y lo besó con lágrimas y llanto sobre su cuello, dijo: Una bendición sobre ti, hijo mío, porque tú eres el hijo de un hombre bueno y virtuoso.
07:08. Y su esposa Anna y su hija Sara lloró.
07:09. Y después de haber hablado, Ragüel ordenó a las ovejas a ser muerto, y una fiesta para estar preparado. Y cuando él deseaba que ellos se sientan a cenar,
07:10. Tobías dijo: No voy a comer ni beber aquí el día de hoy, a menos que tú primero me conceda mi petición, y la promesa de que me diera tu hija Sara.
07:11. Ahora, cuando Ragüel lo oyó, tenía miedo, sabiendo lo que había sucedido a los siete maridos, que llegó a ella, y él comenzó a temer que podría suceder a él también de la misma forma: y como él estaba en suspenso, y no dio responder a su petición,
07:12. El ángel le dijo: No tengas miedo de darle a este hombre, porque para él quien teme a Dios es tu hija por ser su esposa: por lo tanto, otra no podía tenerla.
07:13. Entonces Raquel dijo: no dudo que Dios ha mirado mis oraciones y lágrimas en sus ojos.
07:14. Y creo que él ha hecho por lo tanto, tú vienes a mí, que esta limpieza puede estar casada con uno de sus parientes, y de acuerdo a la ley de Moisés: y ahora no dudo que me la dé a ti.
07:15. Y tomando la mano derecha de su hija, se la entregó en la mano derecha de Tobías, diciendo: El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob esté con vosotros, y puede que te unen, y cumplir su bendición en ti.
07:16. Y tomando el papel que hizo una escritura del matrimonio.
07:17. Y después hicieron feliz, la bendición de Dios.
07:18. Y Ragüel llamó a su esposa Ana, y le pidió que preparara otra cámara.
07:19. Y ella dio a su hija Sara, que echaba allí, y lloró.
07:20. Y ella le dijo: Ten ánimo, hija mía: el Señor del cielo te dé alegría por el trabajo has sufrido.
Tobias Capítulo 8
• Tobias arde parte del hígado de los peces y Rafael mantiene unido el diablo. Tobías y Sara orar.
8:1. Y después de haber cenado, trajeron al joven que ella.
8:2. Y Tobías recordando la palabra del ángel, sacó de su bolsa una parte del hígado, y la puso sobre carbones encendidos.
08:03. Entonces el ángel Rafael tomó el diablo, y lo ató en el desierto del Alto Egipto.
08:04. Entonces Tobías exhortó a la virgen, y le dijo: Sara, levántate, y oremos a Dios para que el día, y mañana, y al día siguiente: ya que para estas tres noches, nos unimos a Dios, y cuando la tercera noche es más, estaremos en nuestra propia matrimonio.
08:05. Porque somos los hijos de los santos, y no debemos estar unidos, como los gentiles que no conocen a Dios.
08:06. Así que ambos se levantó, y oró fervientemente para ambos a la vez que la salud puede ser dado,
08:07. Y Tobías dijo: Señor, Dios de nuestros padres, pueden los cielos y la tierra, el mar, y las fuentes y los ríos, y todas las criaturas que están en tus ellos, te bendiga.
08:08. Tú hiciste a Adán del barro de la tierra, y le diste a Eva por un ayudante.
8:9. Y ahora, Señor, tú lo sabes, que no de la lujuria carnal, puedo llevar a mi hermana a la esposa, pero sólo por el amor de la posteridad, en el que tu nombre puede ser bendito por los siglos de los siglos.
08:10. Sara también dijo: Ten piedad de nosotros, oh Señor, ten piedad de nosotros, y vamos a envejecer juntos en la salud.
08:11. Y aconteció sobre el canto del gallo, Ragüel ordenó a sus siervos a llamar, y ellos fueron con él, junto a cavar una tumba.
08:12. Porque él dijo: No sea que puede haber ocurrido a él, de igual manera como lo hizo a los otros siete maridos, que llegó a ella.
08:13. Y cuando había preparado la fosa, Ragüel volvió a su esposa, y le dijo:
08:14. Enviar a uno de tus criadas, y deje que ver si estar muerto, para que pueda enterrarlo antes de que sea de día.
08:15. Así que envió a una de sus criadas, que entró en la cámara, y los encontró sano y salvo, durmiendo los dos juntos.
08:16. Y volviendo trajo la buena noticia: Raquel y Ana y su esposa, bendijo al Señor,
08:17. Y dijo: Te bendecimos, Señor Dios de Israel, porque no ha sucedido lo que sospechábamos.
08:18. Por la misericordia te has mostrado tu a nosotros, y has excluido de nosotros al enemigo que nos perseguía.
08:19. Y has tomado la pena de dos hijos únicos. Haz, oh Señor, te bendecirá con más detalle: y para ofrecer a ti un sacrificio de tu alabanza, y de su salud, que todas las naciones sepan que sólo tú eres Dios en toda la tierra.
08:20. Y de inmediato Ragüel ordenó a sus siervos, para llenar el hoyo que había hecho, antes de que se hizo de día.
08:21. Y él habló a su esposa a fin de preparar un banquete, y preparar todo tipo de disposiciones que son necesarias para que, como ir a un viaje.
08:22. Hizo también dos vacas gordas, y cuatro carneros para ser asesinados, y un banquete que estar preparado para todos sus vecinos, y todos sus amigos,
08:23. Y Raquel conjuró Tobías, a vivir con él dos semanas.
08:24. Y de todas las cosas que poseían Raguel, le dio la mitad a Tobías, e hizo un escrito, que la media que se mantuvo después de su fallecimiento debe llegar también a Tobías.
Tobias Capítulo 9
• El ángel Rafael anda de Gabelus, recibe el dinero, y los lleva él a las bodas.
9:1. Entonces Tobías llamó el ángel a él, a quien llevó a ser un hombre, y le dijo: Hermano Azarías, te ruego que escuchen mis palabras:
09:02. Si yo me entrego a tu siervo que no debería hacer una declaración digna de tu atención.
9:3. Sin embargo, te ruego, para tomar con las bestias ti y funcionarios, y para ir a Gabelus a Rages la ciudad de los medos y devolverle su nota de las manos, y recibir de él el dinero, y el deseo de que venga a mi boda.
9:4. Porque tú sabes que mi padre tiene contado los días: y si me quedo un día más, su alma serán afligidos.
09:05. Y de hecho ¿No ves que Ragüel me ha conjurado, cuya imperativa no puede despreciar.
09:06. Entonces Rafael se llevó cuatro de los funcionarios Raguel, y dos camellos, y se fue a Ragués de la ciudad de los medos, y hallando a Gabelus, le dio su nota de la mano, y recibió de él todo el dinero.
09:07. Y lo dicho acerca de Tobías el hijo de Tobías, todo lo que había hecho: y le hizo ir con él a la boda.
09:08. Y cuando llegó a la casa de Ragüel de Tobias encontró sentado en la mesa: y se levantó de un salto, y se besaron unos a otros: y lloró Gabelus, y bendito Dios,
09:09. Y dijo: El Dios de Israel te bendiga, porque tú eres el hijo de un hombre muy bueno y justo, y que Dios teme, y la limosna doth:
09:10. Y que la bendición venga sobre tu mujer y sobre sus padres.
9:11. Y puede ver a sus hijos y los hijos de tus hijos, hasta la tercera y cuarta generación: su semilla y puede ser bendecido por el Dios de Israel, que reina por los siglos de los siglos.
09:12. Y cuando todo lo había dicho, verdad, se fueron a la fiesta, pero el banquete de bodas se celebraba también con el temor del Señor.
Tobias Capítulo 10
• El lamento de los padres de la larga ausencia de su hijo Tobías. Se dispone a regresar.
10:1. Sin embargo, como Tobías hizo quedarse más tiempo en ocasión de la boda, Tobías su padre era solícita, diciendo: ¿Por qué te parece alquitranadas está mi hijo, o ¿por qué está detenido allí?
10:02. Es Gabelus muerto tú, piensas, y no hay quien le pague el dinero?
10:03. Y comenzó a ser superior a triste, tanto él como su esposa Anna con él y empezaron a llorar, tanto en conjunto, debido a que su hijo no volver a ellos en el día señalado.
10:04. Pero su madre lloraba desconsolada y fue bastante, y dijo: ¡Ay, ay de mí, hijo mío, ¿por qué se te envío para que ir a un país extraño, a la luz de nuestros ojos, el personal de nuestra vejez, la comodidad de nuestro la vida, la esperanza de nuestra posteridad?
10:05. Pero teniendo todas las cosas en ti solo, no debe haber dejaré ir de nosotros.
10:06. Y Tobías le dijo: Cállate, y no te preocupa, nuestro hijo es segura: que el hombre con el que lo envió es muy confiable.
10:07. Pero ella no podía en ningún consuelo, pero todos los días corriendo, mirando alrededor, y se metió en todas las maneras por las cuales no parecían cualquier esperanza que pueda regresar para que pudiese ser posible verlo venir de lejos.
10:08. Sin embargo, Raquel le dijo a su yerno: Quédate aquí, y voy a enviar un mensajero a Tobias a tu padre, que estás en la salud.
10:09. Y Tobías le dijo: Yo sé que mi padre y mi madre ahora contar los días, y su espíritu está gravemente afectado en su interior.
10:10. Y cuando Ragüel había presionado a Tobías con muchas palabras, y de ninguna manera quisieron escuchar a él, le entregó Sara a él, y la mitad de toda su sustancia en siervos y siervas, en el ganado bovino, en camellos, y en vacas, y en mucho dinero, y lo despidió seguro y alegre de él,
10:11. Diciendo: El santo ángel del Señor esté con ustedes en su viaje, y os traeré a través de seguros, y que usted puede encontrar todas las cosas bien acerca de sus padres, y mis ojos pueden ver a sus hijos antes de morir.
10:12. Y los padres que llevan a su hija la besó y la dejó ir:
10:13. Advirtiéndole que el honor de su padre y su madre en la ley, a amar a su marido, para cuidar de la familia, para gobernar la casa, y ella se comportan irreprehensibly.
Tobias Capítulo 11
• Tobias anointeth ojos de su padre con la hiel del pez, y él recovereth la vista.
11:1. Y cuando regresaban llegaron a Jarán, que está en la mitad del camino de Nínive, el undécimo día.
11:02. Y el ángel le dijo: Hermano Tobías, tú sabes cómo has dejado a tu padre.
11:03. Si te place por lo tanto, vamos a ir antes, y dejar que la familia siga en voz baja después de nosotros, junto con tu mujer, y con las bestias.
11:04. Y como esta la va satisfecho de él, Rafael dijo a Tobías: Toma contigo la hiel del pez, ya que será necesario. Así que Tobías tomó un poco de ese descaro y se fue.
11:05. Pero Anna se sentó junto a la forma cotidiana, en la cima de una colina, desde donde se puede ver desde lejos.
11:06. Y mientras veía su llegada a ese lugar, lo vio de lejos, y actualmente se percibe a su hijo que viene: y regresar le dijo a su marido, diciendo: He aquí viene tu hijo.
11:07. Y Rafael dijo a Tobías: Tan pronto como has entrado en tu casa, sin dilación adorar al Señor, tu Dios, y dando gracias a él, ir a tu padre, y lo besaba.
11:08. Y luego ungir sus ojos con este descaro de los peces, que tú carriest contigo. Para estar seguro de que sus ojos se abrieron en la actualidad, y tu padre a ver la luz del cielo, y se alegrará la vista de ti.
11:09. Entonces el perro, que había estado con ellos en el camino, corrió delante de Dios, y viniendo como si hubiera traído la noticia, mostró su alegría por su servilismo y moviendo la cola.
El perro, etc .. Esto puede parecer una circunstancia muy minuto que se registra la historia sagrada: pero como hemos aprendido de nuestro Salvador Mateo, San. 5.18, hay iotas y tildes en la palabra de Dios: es decir, cosas que parecen minutos, pero que tienen realmente un significado profundo y misterioso en ellos.
11:10. Y su padre, que era ciego, al levantarse, comenzó a correr tropezando con sus pies: y la concesión a un funcionario la mano, fue a encontrarse con su hijo.
11:11. Y lo recibió le dio un beso, como también lo hizo su esposa, y comenzó a llorar de alegría.
11:12. Y cuando habían adorado a Dios, y le dio las gracias, se sentaron juntos.
11:13. Entonces Tobías toma de la hiel del pez, el ungido de los ojos de su padre.
11:14. Y se quedó cerca de media hora: una piel blanca y empezó a salir de sus ojos, como la piel de un huevo.
11:15. Y Tobías se apoderó de ella, y la sacó de sus ojos, y recobró la vista.
11:16. Y glorificaban a Dios, tanto él como su esposa y todos los que le conocían.
11:17. Y Tobías dijo: yo te bendigo, Señor, Dios de Israel, porque tú me has castigado, y tú me has salvado y he aquí que veo a mi hijo Tobías.
11:18. Y después de siete días Sara la esposa de su hijo y toda la familia llegaron sanos y salvos, y el ganado, y los camellos, y una abundancia de dinero de su esposa: y que el dinero también que había recibido de Gabelus,
11:19. Y él dijo a sus padres todos los beneficios de Dios, que él le había hecho por el hombre que lo llevó a cabo.
11:20. Y Ajior y Nabath los parientes de Tobías vino, regocijo de Tobías, y felicitar con él todas las cosas buenas que Dios había hecho por él.
11:21. Y durante siete días festejaron y se alegraron todos con gran alegría.
Tobias Capítulo 12
• Raphael da a conocer.
12:1. Entonces Tobías llamó a su hijo y le dijo: ¿Qué podemos dar a este hombre santo, que ha venido contigo?
12:02. Respondiendo Tobías, dijo a su padre: Padre, ¿qué salario se le dar? o lo que puede ser digno de sus beneficios?
12:03. Él me llevó y me trajo de nuevo seguros, que recibió el dinero de Gabelus, él me hizo a mi esposa, y persiguió a partir de ella el espíritu del mal, le dio alegría a sus padres, yo mismo le libró de ser devorado por los peces, tú también lo ha hecho ver la luz del cielo, y nos llenamos de todas las cosas buenas a través de él. ¿Qué podemos darle suficiente para estas cosas?
12:04. Pero te ruego, mi padre, le deseo, que él se digne a aceptar de la mitad de todas las cosas que se han planteado.
12:05. Así que el padre y el hijo lo llamaba, le llevó a un lado: y empezó a desear que él se digne a aceptar la mitad de todas las cosas que habían traído,
12:06. Entonces él les dijo en secreto, bendecid al Dios de los cielos, dadle gloria ante los ojos de todos los vivientes, porque él ha mostrado su misericordia para ti.
12:07. Porque es bueno para ocultar el secreto de un rey: revelar y confesar las obras de Dios.
12:8. La oración es buena con el ayuno y la limosna que más tesoros de oro.
12:09. Porque la limosna libra de la muerte, y la misma es la que limpiará los pecados, y la hace para encontrar la misericordia y la vida eterna.
12:10. Pero los que cometen el pecado y la iniquidad, son enemigos de su propia alma.
12:11. Descubro entonces la verdad a vosotros, y no voy a ocultar el secreto de ti.
12:12. Cuando tú los libraste orar con lágrimas, y has enterrar a los muertos, y has dejado tu cena, y ocultar los muertos por día en tu casa, y los entierran por la noche, me ofrecí tu oración al Señor.
12:13. Y porque tú eras agradable a Dios, era necesario que la tentación te debería probar.
12:14. Y ahora el Señor me ha enviado a sanar a ti, y para entregar esposa Sara tu hijo del diablo.
12:15. Porque yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que están delante del Señor.
12:16. Y cuando oyeron estas cosas, se turbaron, y se apoderó el miedo cayeron sobre el suelo en su cara.
12:17. Y el ángel les dijo: Paz a vosotros, no temáis.
12:18. Porque cuando yo estaba con vosotros, yo estaba allí por la voluntad de Dios: os bendiga a él, y cantar alabanzas a él.
12:19. Me parecía hecho para comer y beber con usted, pero yo uso una carne visible y la bebida, que no pueden ser vistos por los hombres.
12:20. Ya es hora, pues, que vuelvo a aquel que me envió: y bendice á Dios, y publicar todas sus obras maravillosas.
12:21. Y cuando hubo dicho estas cosas, fue sacado de su vista, y que lo podía ver nada más.
12:22. Luego, postrado durante tres horas sobre su rostro, bendijo a Dios, y levantándose, dieron nuevas de todas sus maravillas.
Tobias Capítulo 13
• Tobías el padre alaba a Dios, exhortando a todos a Israel a hacer lo mismo. Profetiza la restauración y mejor estado de Jerusalén.
13:01. Y el anciano Tobías abrir la boca, bendijo al Señor, y le dijo: Tú eres grande, Señor, para siempre, y tu reino es para todas las edades.
13:02. Para scourgest tú, y tú salvas: pastoreas has descendido al infierno, y traes de nuevo: y no hay nadie que pueda escapar de tu mano.
13:03. Da gloria al Señor, vosotros, hijos de Israel, y alabarlo a los ojos de los gentiles:
13:04. Porque él tiene por lo tanto, dispersos entre los gentiles, que no lo conocen, para que proclamen las obras maravillosas, y hacerles saber que no hay otro Dios todopoderoso, además de él.
13:05. Él nos ha castigado por nuestros pecados y nos va a salvar a su misericordia.
13:06. Mirad, pues, lo que ha hecho con nosotros, y con temor y temblor vosotros dar gloria a él, y ensalzan el Rey eterno de los mundos en sus obras.
13:07. En cuanto a mí, yo lo alabaré en la tierra de mi cautiverio, por cuanto ha mostrado su majestad hacia una nación pecadora,
13:08. Se convertirá por lo tanto, vosotros los pecadores, y hacer justicia ante Dios, creyendo que él va a mostrar su misericordia para con usted.
13:09. Y yo y mi alma se regocijará en él.
13:10. Bendecid al Señor, todos sus elegidos, mantenga días de alegría, y dadle gloria.
13:11. Jerusalén, ciudad de Dios, el Señor te ha castigado por las obras de tus manos.
Jerusalén ... ¿Qué está proféticamente entregado aquí, y en el capítulo siguiente, en relación con Jerusalén, se debe en parte se entiende de la reconstrucción de la ciudad después del cautiverio: y en parte de la Jerusalén espiritual, que es la iglesia de Cristo, y la Jerusalén eterna en el cielo.
13:12. Da gloria al Señor por tus bienes, y bendecir al Dios eterno que se puede reconstruir su morada en ti, y puede volver a llamar a todos los cautivos a ti, y seas regocijo por siempre jamás.
13:13. Brillo tú con una luz gloriosa: y todos los confines de la tierra te adorará,
13:14. Naciones desde lejos, vendrá a ti y se traen regalos, y adorarán al Señor en ti, y la estima de tu tierra santa.
13:15. Para que invocare el nombre de un gran en ti,
13:16. Serán malditos los que te desprecian, y serán condenados los que te blasfeman: y bendito sean los que te la acumulación,
13:17. Pero te alegrarás en tus hijos, porque todos serán bendecidos, y se reunió en el Señor.
13:18. Bienaventurados todos los que te aman, y que se alegran de tu paz,
13:19. Alma mía, bendice al Señor, porque el Señor nuestro Dios ha entregado a Jerusalén en su ciudad desde todos sus problemas.
13:20. Feliz seré si no se quedará de mi semilla, para ver la gloria de Jerusalén.
13:21. Las puertas de Jerusalén será construida de zafiro, la esmeralda, y todos sus muros en derredor de las piedras preciosas.
13:22. Todas sus calles serán pavimentadas con piedras blancas y limpias: y el Aleluya se canta en las calles,
13:23. Bendito sea el Señor, que enaltece a él, y que reine sobre él por los siglos de los siglos, amén.
Tobias Capítulo 14
• Viejo muere Tobías, a la edad de ciento dos años, después de exhortar a su hijo y sus nietos a la piedad, que foreshewing Nínive será destruida, y reconstruida Jerusalén. El joven Tobías retorna con su familia a Raquel, y muere feliz como había vivido.
14:1. Y las palabras de Tobías se terminó. Y después de Tobías fue restaurado a la vista, vivió cuarenta y dos años, y vio a los hijos de sus nietos.
14:02. Y después de haber vivido cien y dos años, fue enterrado honrosamente en Nínive.
14:03. Para él era seis y cincuenta años de edad cuando perdió la vista de sus ojos, y sesenta, cuando se recuperó de nuevo.
14:04. Y el resto de su vida fue en la alegría, y con el gran aumento del temor de Dios partió en paz.
14:05. Y a la hora de su muerte llamó a su hijo Tobías y sus hijos, siete hombres jóvenes, sus nietos, y les dijo:
14:06. La destrucción de Nínive está a la mano: la palabra del Señor se deben cumplir: y nuestros hermanos, que estaban dispersos en la tierra de Israel, volverá a la misma.
14:07. Y toda la tierra de la misma que se desierto se llena de gente, y la casa de Dios, que se quema en el mismo, volverá a ser reconstruida: el miedo y todo lo que Dios vuelva allí.
14:08. Y andarán las naciones a dejar a sus ídolos, y entrará en Jerusalén, y morarán en ella.
14:09. Y todos los reyes de la tierra se regocijan en ella, adorando al Rey de Israel.
14:10. Oye por lo tanto, mis hijos, a su padre: servir al Señor en la verdad, y tratar de hacer las cosas que le agradan:
14:11. Y mandar a sus hijos que hacer justicia y la limosna, y que sean conscientes de Dios, y le bendiga en todo momento de la verdad, y con todo su poder.
14:12. Y ahora, hijos, escuchadme, y no se quedan aquí: pero tan pronto como se entierra a tu madre por mí en un sepulcro, sin demora sus directos salen por lo tanto, las medidas necesarias para:
14:13. Porque veo que su iniquidad lo llevará a la destrucción.
14:14. Y aconteció que después de la muerte de su madre, Tobías salió de Nínive con su esposa, e hijos, y hijos de los hijos, y volvió a su padre ya su madre en la ley.
14:15. Y los encontró en la salud de una buena vejez, y él se hizo cargo de ellos, y cerró sus ojos, y toda la herencia de la casa de Raquel llegó a él, y vio a los hijos de sus hijos hasta la quinta generación.
14:16. Y después de haber vivido noventa y nueve años en el temor del Señor, con alegría lo sepultaron.
14:17. Y toda su parentela, y toda su generación continuó en la buena vida, y en la conversación santa, para que fuera aceptable tanto a Dios ya los hombres, y todos los que habitaban en la tierra. Anterior Libro del Antiguo Testamento - 2 Esdrassiguiente libro de el Antiguo Testamento - JudithVolver al Índice de la Biblia